Entrevista a Mario Casas (El Barco): "Si por mí fuera, iria sin camiseta todo el tiempo"

Hace apenas unos días sudaba colgado de un plató vertical haciendo frente a cascadas, extrañas criaturas -«¡una lluvia de peces!»- e incorporaciones a la tripulación como la de Belén Rueda. Son ya secuencias rutinarias para Mario Casas, que presentó ayer en el Festival la segunda temporada de 'El Barco'.

La serie de aventuras y ciencia ficción que reventó los audímetros en su estreno con un 23,4% de 'share' zarpará esta temporada con un Ulises «que intentará matarse por amor» para conquistar a Ainhoa (Blanca Suárez). «Se me va a ver destrozado», reconoce.

- ¿Cómo evolucionará su personaje, Ulises?

- Mi historia se va a centrar en la relación con Gamboa y Ainhoa. Va a ser una lucha emocionante en la que pasaré por todo tipo de estados de ánimo hasta el punto de intentar matarme para conseguirla.

- ¿Qué aventuras le esperan al 'Estrella Polar'?

- Cada capítulo es una historia diferente y ha sido muy duro de rodar. Todavía ayer estuvimos todo el día mojándonos sin parar, y la semana pasada colgados durante días en un pasillo vertical.

- ¿Conquistará el corazón de Belén Rueda?  

- Sólo grabé un día con ella y hay una secuencia con un beso. Tanto su incorporación como la del resto de actores aportaran muchas sorpresas. Su papel es un caramelo.

- ¿Cómo ha compaginado la serie con el rodaje de 'Grupo 7'?

- He pasado seis meses fuera y no se han podido centrar mucho en Ulises, por eso me han dejado al margen en los primeros capítulos. Pero cuando vuelvo empieza lo interesante. Se verá una faceta más vulnerable de mi personaje, superado por las circunstancias.

- Rodar a 1.200 cortes por episodio (lo normal son 500), ¿le ha pasado factura a nivel físico?

- En el 90% de las secuencias los actores nos estamos moviendo. He perdido tres kilos. Cada capítulo estamos al borde de la muerte y la catástrofe, lo que da intensidad y emoción a la serie. Vamos a cumplir un año sin parar de grabar y ha mejorado bastante respecto a la primera temporada. Los seguidores se van a sentir orgullosos porque es impactante y está mejor hecha.

- Ante el rodaje de 'Tengo ganas de ti', la secuela de 'A tres metros sobre el cielo', ¿está listo?

- Es algo muy especial, vivimos una historia preciosa y volvemos a retomarla un año después, cuando Hache ha vuelto de Londres tras dos años en busca de Babi. Tengo ganas de empezar. Me apetece hacer algo diferente a la hora de rodar y un personaje más adulto. Clara Lago es la incorporación estrella. Es perfecta y va a sorprender mucho.

Agradecido a los fans

 

- Forma parte de una joven generación de actores que han dado el empujón a un cine español en crisis. ¿Remontará?

- El cine español está mal, la crisis se nota en todos los ámbitos, también en la televisión. Desde que empecé con 'SMS. Sin Miedo a Soñar', llevamos siete años intentando hacernos un hueco. Nueva generación, jóvenes promesas... Llámalo como quieras, pero intentamos currar y estar ahí, y me alegro de que muchos amigos formen parte de ello. El hecho de poder levantar la tele y el cine y hasta captar público me parece maravilloso. Por eso hay que ir al cine y apoyar la escena viendo series españolas.

- ¿Qué haría si mañana se acabara el mundo?  

- ¿Y me ponen a una chica como Blanca? Acabaría haciendo lo mismo que Ulises, pero no me creería que llega el fin del mundo. Siempre hay esperanza.

- Entre las pocas críticas a la serie está lo de quitarse la camiseta.

- Si por mí fuera, iría todo el tiempo con pantalón muy corto, sin camiseta y el pelo largo como Tarzán. Es el fin del mundo y estás en un barco, ¿qué importa cómo vayas?

- ¿Es fan de series extranjeras?

- Veo muchas series americanas, pero 'El barco' tiene ideas que no se han hecho nunca, de ciencia ficción muy interesante.

- ¿Asusta más subirse al mástil de un navío o las legiones de fans?

- El otro día me subí y puedo asegurar que eso es un acojone, lo hacen los marineros cuando hay tormentas y tienen que izar las velas e impone mucho. Tengo 25 años y quienes más me siguen son los jóvenes. Si van al cine o encienden la tele lo único que yo puedo hacer es agradecérselo, porque son la gente que te están poniendo ahí. Ellos son los que hablan.

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